Afirma en una entrevista que el trabajo de PN, GC y FAS no es fundamental para salvar vidas y vuelve a poner prejuicios personales por encima de la responsabilidad institucional de su cargo
El Sindicato Unificado de Policía (SUP), la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) y la Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME) condenan rotundamente las declaraciones realizadas esta mañana en la televisión pública por el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, en las que ha afirmado que el trabajo de los policías, guardias civiles y militares no es fundamental para salvar vidas en la crisis sanitaria del Covid-19. Las afirmaciones de este cargo institucional no están a la altura de la responsabilidad que ostenta y suponen excluir a un colectivo que ha resultado clave para detener el contagio del virus al vigilar la aplicación de las medidas de confinamiento, únicas que han permitido frenar la primera ola de esta pandemia en nuestro país, en un trabajo que ha hecho posible el mantenimiento del orden público, evitar la propagación de la pandemia y el auxilio a la población más necesitada. Desde el SUP, AUGC y AUME defendemos que nadie sobra, como pretende el vicepresidente, a la hora de luchar contra este reto que nos concierne a todos. Y lo hacemos con pleno conocimiento del sacrificio personal que han asumido muchos compañeros durante meses.
SUP, AUGC y AUME sí defienden que policías, guardias civiles y militares son fundamentales para contener la pandemia, y fruto de nuestra alta responsabilidad hemos sido servidores públicos con graves recortes en nuestros derechos, precisamente por ser un servicio vital en tiempos de crisis sanitaria.
Las afirmaciones del señor Iglesias constituyen una falta de respeto intolerable de quien ostenta una alta responsabilidad de gobierno y ponen en el centro de la diana de la lucha partidaria a un colectivo de funcionarios de unos 270.000 efectivos, entre Policía Nacional, Guardia Civil y Fuerzas Armadas. Como ya hemos reiterado en otras ocasiones, exigimos al vicepresidente que deje de utilizar a los servidores públicos como arma arrojadiza en el combate político y que muestre más respeto por un trabajo excepcional que, del 14 de marzo al 21 de junio, ha salvado vidas al impedir que la irresponsabilidad de algunos pudiera acabar perjudicando al conjunto de la sociedad, confinada en un ejercicio de solidaridad para doblegar la curva de transmisión del virus. El señor Iglesias no valora la labor de los policías, guardias civiles y militares pero, por fortuna, la mayoría social de este país sí tiene en alta estima nuestro trabajo como útil, necesario, profesional y comprometido; hemos sentido el calor y el afecto de toda la sociedad española. Precisamente, el que parece faltar a Iglesias, quien carece de esas cualidades y que debería incorporar a su gestión.
Nos dedicamos a una profesión vocacional, arriesgada y sacrificada. Y en eso no va a podernos dar lecciones jamás, ni el vicepresidente del Gobierno ni nadie.
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