Ara Malikian
El violín es una extensión más de su cuerpo, a lo Eduardo Manostijeras. Sólo así se entiende que pueda brincar, dar vueltas y desmelenarse sin dejar de tocar. Ara Malikian es la antítesis del violinista ortodoxo, encorsetado, y eso que estuvo siete años como concertino de la Orquesta Sinfónica de Madrid. Viene al Auditorio El Batel mañana sábado 24 de febrero embarcado en una nueva gira 'La increíble historia de Violín' (el mismo título de su nuevo disco), donde interpreta también obras de su autoría, así como de su admirado Paganini que tanto juego le ha dado. El concierto será a las 21:30 horas. Las entradas llevan agotadas desde hace meses.
Ara Malikian toca el violín como un virtuoso, pero su aspecto es de estrella del rock. Ha enseñado a su público que la música no entiende ni de corsés ni de rigidez porque no existen los compartimentos estancos, sino que uno puede saltar de un lado a otro.
Con 12 años, Ara dio su primer concierto y, a los 14, cuando el director de orquesta Hans Herbert-Jöris lo escuchó, logró que el Gobierno alemán le becara en la Hochshule für Musik und Theater Hannover, siendo el alumno más joven. Completó sus estudios en Londres y, desde hace más 17 años, vive en Madrid. Su padre, que le hacía tocar hasta que lloraba de agotamiento, murió hace tres años.
Tras dos intensos años de gira con Ara 15 en la que Malikian desgranó su biografía vital y musical, ahora es el violín quien inspira a Ara un nuevo repertorio recogido en el disco La increíble historia de Violín, donde el gran protagonista será su inseparable instrumento. Un violín que nació en Módena y viajó hasta al Líbano para encontrarse con un pequeño Ara de tres años, al que su padre, también violinista, enseñó a tocar, y del que ya no se separaría.
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